Un relé es básicamente un interruptor controlado electrónicamente. Su función principal es permitir que una corriente pequeña controle una corriente más grande, lo que es crucial para la protección de circuitos y la automatización. Los relés convencionales han sido ampliamente utilizados en sectores como la automoción, la domótica, las telecomunicaciones y la industria pesada. No obstante, a medida que las exigencias de eficiencia energética, durabilidad y miniaturización se han incrementado, los relés tradicionales comenzaron a mostrar limitaciones.

    Con el crecimiento de la electrónica de potencia y la necesidad de sistemas más rápidos y precisos, surgió la necesidad de innovaciones que permitieran a los relés responder de manera más eficiente a los cambios en el entorno eléctrico. Aquí es donde la empresa Meishuo ha marcado la diferencia.