Una de las principales mejoras en los relés es la reducción de su tiempo de respuesta. En aplicaciones críticas donde se requiere una conmutación rápida, como en sistemas de protección eléctrica o automatización industrial, cada milisegundo cuenta. Los avances en la tecnología de materiales y en los sistemas de control han permitido diseñar relés con tiempos de conmutación más rápidos, lo que garantiza que los dispositivos controlados se activen o desactiven con mayor precisión y en menor tiempo.

    2. Aumento de la fiabilidad y la durabilidad

    Los relés deben soportar una variedad de condiciones de operación, incluidas altas corrientes, voltajes y ciclos de conmutación frecuentes. Los nuevos avances en la selección de materiales y la mejora de los contactos del relé han incrementado su resistencia al desgaste, la corrosión y el daño térmico. Los recubrimientos especiales y los contactos de baja resistencia reducen el deterioro, extendiendo la vida útil del relé y, por ende, de los sistemas en los que se utiliza. Esta mayor durabilidad es especialmente importante en entornos industriales donde el mantenimiento frecuente es costoso y disruptivo.